Ubicado en el centro histórico de la Ciudad de México con vista hacia la conocida como “la primera calle de la capital”; Tacuba, aquella que tanto vería caer al imperio Azteca como a un Hernán Cortez y asentado sobre Xicoténcatl en la plaza Manuel Tolsá, hogar de la estatua ecuestre de Carlos IV, también llamada “el caballito” en un predio de más de 270 años el cual tuvo en años colombinos la función de Hospital franciscano, lugar que en el extenso terreno de la plaza se embalsamó a Maximiliano de Habsburgo, sin embargo en la actualidad y enmarcado por el Palacio de Minería y el Museo Nacional de Arte se encuentra el restaurante “Los Girasoles”. Aunque su fundación se debe al periodista Eddy Warman, se encuentra desde hace 7 años bajo la directriz del grupo “Bp Gastronómico” continuando la labor de posicionar y mantener el recinto que ha visto desfilar entre sus mesas personalidades como a José Luis Cuevas, José José o al agente secreto 007 interpretado por Daniel Craig en la película “Spectre”.

Tras su terraza se alojan dos salones cubiertos por la calidez del servicio que desde 1994 ha consentido a nacionales y extranjeros que, ya sea vengan a conocer el centro de la ciudad más grande del mundo o que simplemente deseen refrescarse después de recorrer las tiendas, calles y museos que rodean al establecimiento, sin embargo no se puede hablar de un restaurante sin detenernos por su cocina, “Los Girasoles” presentan una comida mexicana simple, de esa que no busca pretensiones pero que es tan representativa de nuestro país y es que, se encuentran platillos que podíamos disfrutar en la mayoría de los hogares mexicanos de nuestros abuelos, como unas albóndigas al chipotle o un pastel azteca, pero también platos típicos del interior de la República como los panuchos con cochinita pibil, emblema de la blanca Mérida o el mole poblano, con su complejidad acompañando un tradicional arroz a la mexicana.

Pasear por las calles que alguna vez fueron la impactante ciudad de Tenochtitlan y no detenerse a experimentar sus sabores es como no haber sido envuelto en ese misterio del pasado que cobija a cada centímetro de nuestra esplendida patria, por eso con los brazos abiertos los esperamos.